jueves, 15 de septiembre de 2016

HOSPITAL DEL CARDENAL SALAZAR (FACULTAD DE FILOSOFIA Y LETRAS) CORDOBA


El antiguo hospital del Cardenal Salazar, también conocido como hospital de los Agudos, fue un hospital de la ciudad de Córdoba (España), enclavado en plenobarrio de la Judería, construido en el siglo XVIII en estilo barroco. El edificio actualmente aloja la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Córdoba.

Originalmente, este edificio se concibió como colegio para los acólitos y niños de coro de la catedral. Con este motivo el promotor de la obra, el cardenal Pedro de Salazar Gutiérrez de Toledo, perteneciente a la orden de la Merced, compró en 1701 la casa solariega situada frente al convento de San Pedro de Alcántara. El proyecto para esta obra se encargó al arquitecto Francisco Hurtado Izquierdo, quien también fuera maestro mayor de la catedral.
En 1704, Córdoba se vio asolada por una terrible epidemia de peste y ello puso de manifiesto la escasez de centros asistenciales que tenía la ciudad. Esto impulsó a los dos cabildos, municipal y eclesiástico, a solicitar del prelado que desistiera de su primitiva idea y convirtiese su primer proyecto en un hospital que sirviera para remediar la precaria situación sanitaria de la ciudad, idea que el cardenal, por entonces obispo de Córdoba, aceptó de buen grado, dotando a la nueva fundación de rentas cuantiosas. El hecho de que la obra estuviera ya casi acabándose cuando fue decidido el cambio de funciones, justifica la circunstancia de que su planta no se ajuste por completo al modelo tradicionalmente empleado para las edificaciones de uso hospitalario.
En 1706 se produjo la muerte del cardenal Salazar y Toledo, quedando entonces al cargo del proyecto el deán de la catedral, Pedro Salazar y Góngora, que era sobrino del cardenal y su albacea testamentario, el mismo que años más tarde en 1738 sería designado obispo de Córdoba. Se hicieron entonces algunos añadidos al proyecto original, buscando la mejor adecuación a sus nuevas funciones, inaugurándose finalmente el hospital el 11 de noviembre de 1724. En sus salas tienen acogida al principio, además de los enfermos pobres, los presos y dementes e incluso trransitoriamente, es hospital militar durante la Guerra de Independencia.
Cuando en 1837 se produce la fusión de los múltiples hospitales que en Córdoba existían, siguiendo lo ordenado en el Reglamento General de Beneficencia Pública de 8 de septiembre de 1836 que dispone la separación de los orates en hospitales adecuados, así como la ubicación de los enfermos crónicos en departamentos diferentes a los agudos, el hospital del Cardenal es destinado precisamente para este último tipo de enfermos, de cuya coyuntura tomará el nombre con el que se le conoció hasta su extinción en 1969: Hospital de Agudos.
Desde 1853, durante su época como hospital, la asistencia directa de los enfermos corrió a cargo de las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl.
Entre 1871 y 1874 fue sede de la Facultad de Medicina de la Universidad Libre de Córdoba, ya que era el único de los existentes en su época que reunía todas las características necesarias para hacer compatible la docencia teórica con la práctica y con la labor asistencial.
A lo largo del siglo XIX y en el XX el hospital fue cambiando y ampliando sus dependencias y así pasó a ser colegio universitario en 1970, tras la extinción de aquel en 1969Rafael de la Hoz Arderius construyó el vestíbulo de columnas previsto como antesala de un salón de actos que nunca se llevó a cabo.
En 1980 se proyectó la ampliación del recinto con nuevos espacios de estética pretendidamente postmoderna, que rompe el armónico vestíbulo de la Hoz. Esta obra, terminada en 1987, contiene biblioteca, salón de actos y despachos. El proyecto ha sido realizado por el arquitecto Rafael Daroca y las obras se han realizado bajo la dirección de Rafael Montero.
En la actualidad, el edificio presenta planta casi rectangular, en la que se inscriben dos patios de desigual desarrollo, en torno a los cuales se estructuran las diversas dependencias que componen el recinto.
El patio principal, sobrio y bien proporcionado, es cerrado y de doble planta, solución que se da con frecuencia en la arquitectura cordobesa de esos años. Muestra vanos rectangulares rematados por frontones triangulares en el cuerpo inferior y curvados en el superior, articulándose en vertical por medio de pilastras. A este patio abren galerías cubiertas por bóvedas de arista apeadas en ménsulas, tanto en la planta alta como en la baja.
El patio claustral, también de dos plantas, presenta arcos de medio punto de ladrillo sobre columnas en la zona inferior, en tanto que la parte superior, cerrada, tiene vanos rectangulares cuya única decoración la constituye el sencillo marco de fábrica que lo rodea.
Entre ambos patios está colocada la escalera principal del edificio, que destaca al exterior como torreón; muy bella de proporciones, está concebida en dos tramos de sentido inverso unidos por un amplio descansillo y con embocadura de arco doble. La cubrición se hace por medio de una bóveda de cañón con lunetos.
Entre las dependencias conservadas del antiguo edificio conviene destacar las antiguas capillas alta y baja, actualmente convertidas en aulas, ambas de planta rectangular con cubiertas abovedadas en las cabeceras y de cañón escarzano en la nave. Sobre la puerta de acceso a la capilla baja se halla un pequeño edículo avenerado, de estética setecentista y diseño similar al de un ático de retablo, en el que está alojada una imagen del arcángel San Rafael, representado con sus tradicionales atributos: el bordón de peregrino y el pez.
En el exterior la construcción muestra también dos pisos, cuyos vanos se decoran con idéntico ritmo al del patio, con frontones triangulares y curvos separados por dobles pilastras. La portada, distribuida en dos cuerpos y realizada en piedra, es adintelada con columnas exentas laterales; por encima corre el entablamento que marca el tránsito al segundo cuerpo, donde se abre el balcón flanqueado por segmentos de frontón curvo, rematándose con un arco de medio punto sobre pilastras que cobija el escudo del cardenal. La clave del arco se resalta con un relieve a manera de acrótera con irónica cabeza de querube, a juego con la notable serie de rostros monstruosos que adornan la cornisa del edificio.


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Domin Baena

lunes, 11 de julio de 2016

EL BOSQUE DE LOS SUICIDIOS.

El bosque de Aokigahara, la meca de los suicidas en Japón.





Mmm… el monte Fuji, todo un icono de Japón, con su cumbre nevada y, en primavera, con ese estallido de color de los miles de almendros en flor que pintan la estampa de tonos blancos y rosados convirtiéndolo en una ilustración de cuento de hadas. A un tiro de piedra de Tokio, aprovecharemos la visita para dar un pequeño paseo por sus laderas.
Ya hemos llegado.
Es increíble que exista un lugar tan agreste y tan cercano a una de las ciudades más pobladas del planeta, la verdad es que toda la vasta extensión que rodea al monte Fuji está de lo más cuidada y protegida, las pocas edificaciones que se pueden encontrar respetan el entorno y pasan bastante desapercibidas. Ha sido un día duro, hemos subido hasta la cumbre del monte para disfrutar un buen rato de las vistas. Aquello es tan bonito que se nos ha ido el santo al cielo y comienza a atardecer en pleno descenso.





Como somos más chulos que un ocho, para atajar decidimos tomar un sendero que partía del camino principal y como no, nos hemos perdido. Como única referencia tenemos el monte a nuestras espaldas y a lo lejos, la enorme mancha gris que es Tokio.
A medida que descendemos la perspectiva hace que la ciudad vaya desapareciendo y ante nosotros solo tenemos una oscura y gigantesca zona que parece un bosque denso y tupido.
Por suerte, todavía queda un buen rato de luz y estaremos al otro lado antes de que anochezca.
Encontramos un sendero que se introduce en el bosque y para allá que vamos…



A los pocos pasos encontramos un curioso cartel, el que más entiende de japonés del grupo va descifrando lentamente lo que pone en él:
“Tu vida es valiosa y te ha sido otorgada por tus padres. Por favor, piensa en ellos, en tus hermanos e hijos. Por favor, busca ayuda y no atravieses este lugar solo”.



Mientras caminamos, observamos que ciertas partes del bosque están cerradas con cinta policial e incluso en algunos lugares hay carteles que prohíben el paso. Suponemos que es para la conservación del bosque, para que la gente no salga de los pequeños senderos y moleste a la fauna o ensucie más de la cuenta el paraje. Continuamos nuestro camino…



Ya llevamos más de media hora caminando y los ánimos comienzan a decaer, cierto nerviosismo se instala en el grupo que involuntariamente acelera el paso por momentos. Las bromas han cesado y todos caminamos en silencio observando el extraño escenario que nos rodea. El que encabeza el grupo se para de golpe y se queda observando algo a su derecha, en un pequeño claro, el resto nos acercamos con curiosidad para ver qué es lo que ha detenido sus pasos… ¡La virgen! ¡Ante nosotros están los restos de una persona!


Estupefactos ante el macabro hallazgo todos tenemos la misma reacción, salir de allí cagando leches y emprendemos de nuevo el camino como alma que lleva el diablo. Mientras corremos observamos que el primer esqueleto no es el único, de reojo vamos viendo despojos de otros cuerpos humanos.


Ya hemos perdido la cuenta del rato que llevamos corriendo por este tétrico lugar, alguno del grupo comienza a decir que estamos corriendo en círculos y que cree que por algún lugar hemos pasado ya en varias ocasiones. Otros dicen que no, que vamos por el lugar correcto y que no tardaremos mucho en salir de este infierno.
Mientras continúa la discusión aparece ante nosotros, entre los arbustos, algo que parece una tienda de campaña o una especie de chabola montada con plásticos y cartones. Nos acercamos para ver que es, quizás en el sumun de lo macabro a alguien se le ha ocurrido pasar unos días de acampada en este lugar tan terrorífico. Cuando meto la cabeza en el interior lo que me encuentro es todavía peor que los huesos esparcidos que nos habíamos topado hasta el momento… un cuerpo medio momificado descansa en el interior entre ropas sucias y pestilentes. Tras una vomitona antológica salgo de nuevo a la carrera y el resto del grupo hace lo mismo, incluso algunos no tienen reparos en adelantarme a los pocos segundos.




La dieta a base de soja y shake de los últimos días no ayudan mucho y comienzo a sentir punzadas de dolor en los costados. Ya hace un rato que me he desprendido de las piedras volcánicas que cogí en la cima del Fuji para llevarme de recuerdo, pero aún así la mochila me pesa una tonelada. Estoy pensando en detenerme un rato a descansar cuando noto que el bosque comienza a clarear, quizás estemos ya en los lindes y decido hacer un último esfuerzo. El grupo corre desperdigado, unos delante, otros más atrás.
A lo lejos parece que veo a alguien, ¡si! allá hay gente, por fin vamos a salir de este puñetero lugar. Pero al acercarme noto algo extraño, esta gente está inmóvil, ¡coño! ¡!están colgando de sogas¡¡
Ni mochila ni ostias, me desprendo de todo y corro todo lo que me permiten mis piernas y mis pulmones hasta que, por fin, consigo salir del bosque. Pálidos como lápidas, algunos compañeros esperan fuera del bosque, temblando y en silencio esperamos hasta que se reúna todo el grupo y, arrastrando los pies, emprendemos el camino por el arcén de la carretera en busca de nuestro vehículo. Esta noche vamos a necesitar unas cuantas botellas de licor para recuperarnos de nuestro peculiar paseo.

martes, 16 de febrero de 2016

EL FANTASMA DEL NONO

EL FANTASMA DEL NONO




En la calle Blanco Belmonte, muy cerca de la juderia, se encuentra el viejo palacio de los Condes de las Quemadas un edificio del siglo XVII, que hasta hace poco tiempo fue Escuela de Arte Dramatico y Conservatorio de Musica.

La leyenda de este palacio cuenta que un viejo zapatero no viendo otra salida a sus problemas se suicido en el edificio, y esta condenado a vagar por toda la eternidad en el mismo lugar donde perdio la vida, es el Nono.

Son bastantes los testigos que dicen haberse encontrado con el espectro del Nono.
Una de las alumnas cuenta que una tarde despues de ensayar cuando estaba recogiendo sus cosas, sintio andar por el pasillo, pero la puerta se abrio, se cerro y no entro nadie, penso que habia sido el aire, pero volvio a sentir pasos alli mismo, y alli estaba ella sola, sintio frio, y una voz que le decia "no tengas prisa", entonces salio corriendo y no volvio mas sola.

Un guardia de seguridad de la escuela tambien cuenta que hace casi una decada, una tarde se encontraba en la planta baja cuando sintio como si alguien o algo rompiera el cristal de una ventana, fue para ver que estaba pasando, pero no encontro nada, cuando ya se marchaba de hacer aquella ronda algo llamo su atencion; "Era un hombre embozado en una vieja capa con sombrero y botas que caminaba hacia uno de los pasillos.... lo llame y el tipo se volvio, agacho la cabeza, descubrio sus ojos , me miro fijamente y supe enseguida que aquel hombre no era de este mundo".

Otras personas, sobre todo alumnos tambien cuentan su experiencia en el interior del edificio, siempre en la misma clase, la clase maldita, la numero 5.
Hoy el edificio esta cerrado, abandonado y en estado casi ruinoso.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

LA FACULTAD DE DERECHO


   En un antiguo edificio cordobés del S. XVI que en sus comienzos fue un convento de Carmelitas Descalzos, una limpiadora anónima se afana en su trabajo en la última planta del edificio durante una calurosa noche. El edificio es enorme y dada su antigüedad, a lo largo de su vida útil el hombre le ha dado diversas utilidades desde su primitivo origen como convento. En 1804 abrió sus puertas para que su impresionante claustro barroco del S. XVII sirviera de lazareto y hospital de convalecientes de la fiebre amarilla, pero el hecho que empieza a marcar la historia de este viejo edificio hay que buscarlo un 7 de junio de 1808, en plena guerra de la Independencia contra las tropas invasoras francesas de Napoleón. Ese día, el general Dupont, famoso por cagarla un mes después en la batalla de Bailén contra las tropas del general Castaños, en lo que supuso la primera derrota campal en la historia del ejército napoleónico, ordena tomar Córdoba a cualquier precio. Los franceses apostados en la Cuesta de la Pólvora, fríen a cañonazos la ciudad amurallada para después, con el empuje que caracteriza a los gabachos, tomar la ciudad a sangre y fuego. 

La población civil se refugia en iglesias y conventos en un intento a la desesperada de sobrevivir a la brutalidad del ejército invasor pero el suelo sagrado no calma la sed de botín y sangre de los franceses y los templos son asaltados, saqueados, destruidos y quemados, las mujeres ultrajadas y los hombres pasados por el hierro. Nuestro convento del Carmen, por su cercanía con la Cuesta de la Pólvora y la Puerta Nueva, fue uno de estos templos mancillados que más sufrió.

   Tras la derrota y posterior expulsión de los franceses, el edificio protagonista de esta historia, usado por los gabachos como cuartel y cuadras, es reconstruido y acondicionado, convirtiéndose después de la Desamortización en sanatorio de tuberculosos, hospital materno-infantil, psiquiátrico, hospicio y, posteriormente, hospital militar durante la Guerra Civil. La tragedia y el sufrimiento han marcado la vida de este vetusto edificio desde aquella fatídica mañana de 1808 hasta que en 1980, la Universidad de Córdoba decide emplearlo como facultad de Derecho y Ciencias Económicas y Empresariales.

   Nuestra anónima limpiadora sigue avanzando con el mocho a lo largo del pasillo de la última planta del viejo edificio de la facultad de Derecho, ajena a toda esta espantosa historia de calamidades escondida para siempre entre sus gruesos muros. Tiene otras cosas mejores en las que pensar. La primaveral noche cordobesa es cálida pero la despreocupada limpiadora percibe que la temperatura está bajando, lo que agradece con una ligera sonrisa. Deja aparcada la fregona junto al cubo y encamina sus pasos hacia zona de la Cátedra de Derecho Penal. Con sus ligeras zapatillas deportivas, camina casi sin hacer ruido por el pasillo con un paño y un bote limpiador multiusos en las manos. En sus brazos desnudos y en sus mejillas percibe que la temperatura ambiente sigue bajando hasta convertir ese agradable frescor en un frío inquietante. Achaca la súbita bajada de temperatura a algún tipo de corriente de aire que viene desde el claustro hasta el interior del viejo edificio. Piensa en su fina rebeca de punto olvidada en el maletero de su coche y no le da más importancia al asunto, llevando de nuevo su mente a ese lugar donde la imaginación de las personas que desempeñan un trabajo solitario y monótono, acude para evadirse de la rutinaria realidad diaria.

   Una especie de susurro o lamento la devuelve a la realidad. No, no. No ha sido nada. Es esa dichosa corriente de aire que viene del claustro, piensa. El sonido ahora es más audible y se convierte con claridad en un llanto de pena desgarrador. La limpiadora mira al fondo, hacia la tenue claridad del largo pasillo pero no observa nada fuera de lo común. Es al volver la vista atrás cuando queda paralizada por el terror. A veinte pasos de ella, la luminosa figura descalza de una mujer de rostro ceniciento y largos cabellos negros, llora desconsoladamente. Va vestida con un antiguo camisón blanco sacado de otra época y una vela encendida en su mano derecha pero lo que realmente hiela la sangre de la limpiadora, más allá de las oscuras manchas sanguinolentas que salpican el largo camisón, son sus desgarradores sollozos desconsolados, lamentándose por la prematura muerte de su pequeño recién nacido.

   Son famosas las historias de sucesos paranormales en el viejo edificio de la Facultad de Derecho y Ciencias Económicas de la Universidad de Córdoba. Leyendas e historias sobre fenómenos, fantasmas y espíritus como la que acabo de relatar que por cierto, aunque he novelado la historia, ocurrió en realidad, se han sucedido desde que en 1980 se inauguró su uso docente. Se dice que la facultad está habitada mínimo por un fantasma, aunque se cuenta que puede haber hasta tres entes vagando por sus pasillos: la desconsolada mujer del camisón, el espíritu de un viejo profesor que encontró la muerte impartiendo clase a causa de un repentino infarto y por último, un soldado. Hay testigos directos de la presencia del viejo profesor. Los testimonios coinciden en que es un hombre de baja estura, de cierta edad, con una poblada barba gris y un rostro distante y pensativo.  Ha sido visto tanto en la cafetería como en los servicios. El soldado también ha manifestado su presencia en los alrededores de la iglesia del Carmen Descalzo, dentro del recinto de la facultad. Este es más agresivo que los otros dos. Rompe cristales mientras grita “te voy a matar” y otras lindezas, aunque el más activo de los tres es el profesor.

   Las apariciones de estos entes son la punta del iceberg de unos fenómenos paranormales que se han sucedido a lo largo de todos estos años. Muchos vigilantes de seguridad se niegan a prestar sus servicios nocturnos en este lugar. Dicen que en sus turnos han oído ruidos de pasos inexplicables y han sentido a su lado extrañas presencias. Algunos trabajadores del centro relatan que han visto cosas que nadie se puede imaginar como fotocopiadoras que se ponen súbitamente en funcionamiento estando desenchufadas, movimiento de muebles sin que medie la acción humana, anomalías eléctricas de todo tipo, descensos de temperatura, luces que se encienden y se apagan sin motivo aparente… una señora de la limpieza huyo de pánico cuando a eso a de las seis de la mañana subió unas sillas a una mesa, se giró un instante y tras volverse vio de nuevo todas las sillas en el suelo.

   La noticia de estos sucesos inexplicables llegó a oídos de  José Luis Tajada y Gema Moreno, integrantes del  programa radiofónico Al otro lado. Intrigados por los relatos que pudieron recabar, pidieron permiso al rectorado de la Universidad de Córdoba para, junto con otras personas, pasar allí una noche con el propósito de averiguar algo más sobre el fenómeno. La noche del 17 al 18 de julio de 1998, José Luis Tajada y Gema Moreno junto con su equipo pernoctan en el antiguo convento de los Carmelitas Descalzos. Aquella noche ocurre de todo: ruidos extraños, luces que se encendían y apagaban solas, baterías y pilas de máquinas fotográficas e instrumental que se agotan en segundos, llamadas de teléfono a las centralitas de la facultad… De las 300 fotografías que hacen, más de 200 salen veladas y de todas las psicofonías que toman solo sobrevive una porque es guardada en el disco duro de un ordenador portátil, ya que las cintas magnetofónicas se borran inexplicablemente. Al principio los investigadores no entienden las palabras que oyen en ese registro psicofónico. Solo cuando reproducen la grabación al revés es cuando escuchan claramente en el registro una voz que dice “os voy a matar”. 
   Hoy día, el recinto de la Facultad de Derecho de la Universidad de Córdoba es uno de los mayores exponentes de la fenomenología paranormal. La espectacularidad de los sucesos acaecidos entre sus antiguas paredes y el pasado tenebroso que lo envuelve, han logrado con mérito incluir este antiguo edificio en la lista de los inmuebles más inquietantes de España

jueves, 20 de agosto de 2015

Centro de Salud Carlos Castilla del Pino



Hoy en mi blog quiero hablaros sobre el centro de salud Carlos Castilla del Pino, ubicado en el barrio cordobes de Noreña, de reciente construccion.

El centro de salud Carlos Castilla del Pino, construido sobre el solar de la antigua residencia Noreña e inaugurado en verano de 2013, es hoy una instalación sanitaria a la que se le tiene miedo. En torno a una decena de sus empleados aseguran haber presenciado algúnfenómeno extraño, de esos que se llaman paranormales. Coinciden en la misma niña y anciana «fantasmas» que deambulan por los pasillos y hasta sollozan en busca de ayuda. Éste es parte del resultado de una primera investigación realizada por un equipo compuesto por José Luis Hermida, catedrático y experto en Parapsicología; Francisco Gallardo, psicólogo; y José Ortiz, experto en la materia. Hermida y Ortiz han seguido casos paranormales desde hace cuatro décadas y afirman que nunca han abordado uno «de este calado» en Córdoba.
David, técnico de mantenimiento del Castilla del Pino, es uno de los trabajadores que dan a conocer la experiencia vivida al equipo de investigadores. Mientras se encontraba haciendo una prueba de legionela, le pareció oír murmullos muy cerca de donde se encontraba. Caminó hacia el lugar de donde procedían los ruidos. Descorrió una cortina y se encontró a una niña ataviada con un camisón. David, sorprendido, salió corriendo en busca de sus compañeros, pero cuando volvió ya no se encontraba «la fantasma».
La presencia de la niña ha vuelto a repetirse en varias ocasiones más. Todos los que dicen haberla visto la describen del mismo modo y coinciden en que cuando se acercan les grita «sácame de aquí».
A tenor de los testimonios recabados, el personal dice haber visto una anciana que espera su turno en una consulta cuando ya ha concluido la jornada en el centro de salud. Quienes aseguran haberla encontrado en el antiguo hospital apuntan que desaparece cuando tratan de acercarse.

Esto son solamente testimonios recogidos a varios medios de comunicacion de prensa escrita por testigos directos que lo han podido vivir en primera persona.
Nosotros seguiremos trabajando e investigando para poder transmitirle nuevas historias y quien sabe si alguna prueba de voz o de video.

miércoles, 19 de agosto de 2015

Monasterio de Santa Maria de los Angeles

Hoy escribo sobre otro lugar en la provincia de Córdoba encantado o al menos, eso dice su historia y leyenda.
El Monasterio de Santa María de los Ángeles se hizo famoso en el mundo del misterio por la cantidad de testimonios sobre fenómenos paranormales que se han contado sobre él.
Precioso de día y aterrador de noche. Abandonado en mitad de la  preciosa Sierra cordobesa de Hornachuelos, se accede a través del llamado Sendero de los Ángeles, que comienza en la zona del embarcadero de Hornachuelos, a orillas del embalse de Bembézar.
Existe una distancia de unos 7 kilómetros por este sendero desde Hornachuelos hasta el Monasterio y únicamente se puede recorrer a pie. La puerta de entrada al Sendero de los Ángeles se muestra por un cartel próximo al comienzo de la ruta.
Desde el primer instante en que el se comienza este estrecho sendero el paisaje nos dejará asombrados. Se puede observar al río Bembézar abriéndose paso entre la sierra llena de frondosa vegetación.
A mitad camino hacia el Monasterio se encuentra la famosa fuente con las palabras “Salud”, “Suerte” y “Amor” en cada uno de los tres caños.
Finalmente si seguimos el sendero llegaremos al Monasterio.
Fue fundado en el siglo XV, concretamente el 14 de abril de 1490 por fray Juan de la Puebla.

HISTORIA DEL EDIFICIO
El edificio sufrió tres incendios (1498, 1543 y 1655),  por esta razón no se conserva absolutamente nada de la construcción original. Murió bastante gente entre estos muros, lo que hace que no sean tan descabellados los testimonios que han envuelto a este lugar en misterio. Se cuenta que los frailes que quedaron atrapados entre el fuego, en un último intento desesperado de salvar sus vidas, se arrojaron al vacío desde las ventanas con la esperanza de llegar al río y apagar sus llamas.
Tal vez por todos estos incendios surgió la leyenda de que llovería fuego si alguien se decidía a comprar el edificio. Sucesos dramáticos que quizá hayan dado lugar a los fenómenos paranormales que hoy en día se viven en este lugar.
En sus comienzos fue un convento y posteriomente pasó a ser un seminario diocesano. En el siglo XVIII se constuyó la iglesia.
Finalmente en el año 1957 el edifico se abre como seminario hasta que en el año 1971 y como consecuencia de la vuelta de los seminaristas al Seminario de San Pelagio, en Córdoba, el Seminario de los Ángeles queda abandonado.
La leyenda mas conocida relacionada con este lugar fue la de Antonio Roldán de Pozoblanco, creador de la Cruz de granito blanca de 9 metros de altura que se encuentra ubicada unos metros antes de llegar al Seminario.
Este hombre falleció justo antes de terminar su obra y su espectro se aparecía a la gente que pasaba por allí, pidiéndoles que enterraran sus huesos. Finalmente un pastor los recogió y les dio sepultura. Este espectro no se volvió a aparecer más.

EL SEMINARIO
El edificio se compone de 4 bloques enormes de 5, 7, 8, y 9 plantas cada uno. Cada uno de 20 habitaciones con sus respectivos baños y terrazas. Cuenta con tres patios comunes, dos de ellos con piscina.
Parte del mobiliario actualmente se encuentra intacto.
LOS FENÓMENOS PARANORMALES
Los fenómenos son variados. Muchos investigadores y senderistas coinciden en golpes en las paredes que responden al mismo número de golpes de las personas de las investigaciones. Es decir, se establece una comunicación, algo muy habitual en estos enclaves.
Las ventanas se abren y se cierran solas, incluso cuando no corre nada de viento. Los testimonios hablan de sensación constante de ser vigilados, voces, pasos, arañazos en las paredes e incluso materializaciones de objetos que no se sabe de donde han salido. En la Capilla, los investigadores hablan de cambios bruscos de temperatua que quedan registrados en los aparatos de medida térmica.
Se han regustrado muchas psicofonías en este Seminario, unas muy claras y otras más confusas. Incluso algunas con un tono y un contenido muy agresivo. En 2012 el caso se hace más popular debido a que el periodista Íker Jiménez hizo un programa sobre las psicofonías obtenidas en este lugar.
En youtube podéis encontrar diferentes investigaciones realizadas por varios grupos parapsicológicos.


A unos 200 metros del seminario se encuentra una vieja casa sin techo y de enorme chimenea que recuerda al suceso en el que un fraile acabó con su vida suicidándose dejándose caer desde el precipicio. Hoy en dia se conoce este lugar como “El salto del Fraile”


jueves, 16 de abril de 2015

Visita a La Aduana

Buenas quiero inagurar este Blog de misterios de la ciudad de Córdoba y otros casos paranormales.
Mi primera entrada en el Blog trata sobre dos visitas recientes al colegio de La Aduana en plena sierra cordobesa.
Se cuenta de ese lugar que está encantado o que tiene algo especial,  para comprobarlo me puse de camino para investigar un poco sobre ese lugar.
Mi primera visita fue un Miércoles de Semana Santa sobre las 7 de la tarde, todavía con la luz del día llegué al lugar con mi amigo Juan y mi sobrino Rafa, estuvimos por allí dando vueltas hasta poder buscar el camino que nos lleva hacia este colegio. Aunque el colegio está abandonado no es así hay una parte que está en funcionamiento del 100% del colegio solo se utiliza un 15%.
Una vez allí, nos dimos cuenta de que entrar no iba a resultar tan fácil como nos creíamos puesto que las ventanas y puertas de la planta baja se encuentran tapiadas, así que solo estuvimos echando unas fotos e investigando el lugar en busca de una entrada para acceder al colegio.
Fue así en un momento, me separé de mi amigo y de mi sobrino en busca de algo por donde pudiéramos entrar y ellos se quedaron quietos en un punto vigilando (por que ha vigilante vaya a ser que nos dijeran algo) y cuando estaba a unos 100 metros de ellos siento un portazo en una de las ventanas que se encuentra tapiada con aluminio, yo no le di importancia y seguí buscando una entrada. Cuando vuelvo con ellos le pregunto, - ¿Habéis escuchado eso?.
Y me dijeron que sí, que había sido como un manotazo en una ventana, cuando en ese momento se escucha justo delante de nosotros otro gran portazo, esta vez  mucho más fuerte y claro que el primero. Entonces ya nos asustemos un poquillo porque es que allí no había nadie y en ese momento de incertidumbre, todavía buscando una explicación fue cuando se escucha de repente muchos niños pequeños pegando voces y como si jugaran en el recreo de un colegio, y allí no había nadie puesto que miré bien mirado por la parte nueva y estaba todo cerrado, entonces decidimos irnos y seguir con aquello otro día. Por cierto nos íbamos alejando del colegio y las voces se escuchaban de la  misma manera e intensidad que se escuchaba justo delante del colegio, solo se dejaron de escuchar las voces justo cuando crucemos un precinto que hay al salir del colegio, al atravesar eso las voces desaparecieron misteriosamente.
En la próxima entrada escribiré sobre la segunda visita.
Ahora adjunto unas fotos de ese día.